Desde un punto de vista analítico, la propuesta de Smalley es extremadamente importante, dado que en los primeros treinta y cinco años de actividad electroacústica no fue propuesta ninguna metodología comprehensiva para el análisis. La teoría de Pierre Schaeffer sobre tipos morfológicos o tipomorfología (objetos sonoros, ver sección 5.1) fue el intento más serio. La espectromorfología es más exhaustiva, puede ser aplicada a distintos contextos musicales y extiende las ideas de Schaeffer al incluir estructuras jerárquicas y otras propiedades como movimiento y espacio [7].
Es importante destacar, no obstante, que la espectromorfología es una herramienta descriptiva basada en la percepción auditiva. Un enfoque espectromorfológico considera modelos y procesos espectrales y morfológicos y provee un marco de referencia para entender relaciones estructurales y comportamientos sonoros experimentados en el flujo temporal de la música [35]. El marco teórico de la espectromorfología se articula en cuatro partes principales: los arquetipos espectrales, morfología, movimiento y procesos estructurales. A continuación se detallan las primeras dos partes, dado que son las más relevantes para efectos del presente texto.